El hallazgo de un arma "tumbera" en la mochila de un alumno de 12 años el día viernes activó el protocolo de intervención institucional para ese niño y su entorno, pero también puso nuevamente el foco en cómo se abordan en las escuelas los métodos de resolución de conflictos para los niños, que derivan cada vez más fácilmente en hechos de violencia.

La supervisora de nivel primario de la Región III, Silvia Rodríguez, explicó en contacto con FM SOL cómo se intervino en este caso que, si bien calificó como extraordinario, "no está fuera de lo que puede acontecer en una sociedad como la actual, que está cada vez más violenta".

Rodríguez precisó que ni bien se supo que el alumno tenía un arma tumbera, "inmediatamente se aplicó el protocolo. Nosotros tenemos una guía federal que tiene en cuenta las situaciones extraordinarias que pueden suceder y el modo de abordarlas. Hay que tener en cuenta que es un menor y que no se pueden tocar sus pertenencias. Por eso se llamó a su papá quien efectuó esa requisa personalmente y se constató que el niño tenía esa arma en su mochila".

"La investigación de por qué tuvo un niño al alcance un arma tumbera es una cuestión judicial -aclaró- Claramente que para que un niño de esa edad tenga esa posibilidad a mano no es una cuestión de generación espontánea, es un proceso y tiene que ver con su contexto".

"Nosotros debemos intervenir en su ayuda y confidencialidad. Desde la escuela tanto para el menor como para la familia intervino un dispositivo de intervención que está formado por un equipo técnico de profesionales. Se denomina EOATE y tiene a su cargo la orientación institucional en casos de emergencia, cuestiones vinculares y otras" expresó.

"Las escuelas debemos prestar más atención a cómo hacer cuando uno tiene que resolver una situación de enojo con una persona. Empezar a mirar qué hacemos con lo que pasa en la sociedad y apuntar a resolver los conflictos en paz y armonía" reflexionó.