Durante este año, la vecinal Chanico Navarro fue el comedor que más creció en demanda en Esquel y nunca frenó el trabajo de las mujeres que allí diariamente sirven viandas para llevar. En esta pandemia, la presidenta del barrio, Élida Melin, quien comenzó hace cinco años dando viandas para 20 personas en su casa, logró sostener este espacio sin tener regularidad de aportes, donde se puso de manifiesto la enorme solidaridad de las personas y algunos dirigentes de la ciudad, que regularmente fueron acercando víveres.

Élida Melin y su grupo de ayudantes lograron sobrellevar diariamente la entrega de cada vez más viandas y desayunos. "Perdí la cuenta porque todos los días se anota gente. Pero llegué a unas 500 viandas personales. Las familias que menos tienen, tienen siete hijos y la que más tiene son 12" explicó. El equipo decidió tomarse un receso, no sin disculparse. "Nosotras nunca nos tomamos vacaciones y las necesitamos, fue un año muy agotador".

El comedor cerró del 30 al 12 de enero para poder recuperar fuerzas. "Este año fue muy angustiante, no poder llegar con la cantidad de comida, tener que salir a pedir de urgencia. Hubo días que echábamos 40 paquetes de fideos y no alcanzaba. La gente no entendía cuando faltaba algún ingrediente. Por suerte me han ayudado mucho con provisiones Fabiana Vázquez y Matías Taccetta".

El testimonio de Élida Melin: "espero que el año que viene haya más trabajo para la gente".

Más adelante, Melin recordó qué le falta al barrio y volvió a reclamar por un playón para que los chicos puedan ir a jugar. "Lamento decirlo pero cuando asumió Ongarato me prometió el adoquinado. Eso y el playón deportivo para los chicos es un pedido que lleva mucho tiempo y es desgastante esperarlo. Los chicos de este barrio están todo el día jugando en la calle".