Existen diversas versiones sobre la estrella que vieron los magos y que los llevó a emprender un viaje de mil kilómetros para rendir homenaje a un recién nacido. Magos... o "magoi" en griego, que se usaba para denominar a la casta de sacerdotes persas y babilonios que se dedicaban al estudio de la astronomía y la astrología,

A su vez, son pocas las referencias en la Biblia en que se los nombra y la manera en que los conocemos actualmente, como los Reyes Magos Melchor, Gaspar y Baltazar, se hizo popular recién en la Edad Media.

Parece ser que en la Biblia no se hace referencia a su origen monárquico ni a la cantidad, sino que luego se tradujo que eran tres en función de los tres regalos: mirra, oro e incienso.

Incluso para algunos historiadores Jesús nació unos siete años antes del año "0". El evangelista Mateo (2, 2) pone en relación el evento de Belén con la aparición de una estrella particularmente luminosa en el cielo de Palestina. Un estudio realizado en 1925 sobre una tablilla encontrada en una antigua escuela de astronomía ubicada en la confluencia entre el Tigris y el Éufrates, a cien kilómetros de Babilonia, muestra justamente en el año 7 a.C. los plantes Júpiter y Saturno hacen conjunción en la constelación de Piscis en tres ocasiones y esta triple conjunción se vio con gran claridad en la región del Mediterráneo.

Si esto es cierto, ese fenómeno podría identificarse con la estrella de Navidad y hace verosímil la decisión de los Magos de emprender un largo viaje hasta Jerusalén para buscar al Mesías recién nacido.

En el crepúsculo, la intensa luz podía verse al mirar hacia el Sur, de modo que los Magos de Oriente, al caminar de Jerusalén a Belén, la tenían en frente. La estrella parecía moverse, como explica el Evangelio, "delante de ellos".

Igual, por si acaso, deja el agua y el pasto.