La generación de consorcios de vecinos para avanzar con la pavimentación de diferentes calles de la ciudad es una mecánica implementada en los últimos años en Esquel con resultados desiguales.

En algunos casos no hubo mayores problemas y en otros los frentistas se quedaron con la obra a medio hacer, obras con problemas, o inclusive compromisos de pago o reclamos que no pueden afrontar.

En esos casos el municipio tuvo que intervenir y atender la situación. Algunas inclusive fueron judicializadas, caso Tamburini, y aun no logra concluir la obra.

Hoy por hoy la mecánica sigue en pie, pero el criterio de la actual conducción de la Secretaría de Obras Públicas es deja bien delimitada las características de la obra y posibles costos para evitar sorpresas posteriores. 

En este sentido el secretario Herman Torres consideró que es fundamental fijar las reglas y realizar inspecciones constantes desde el estado. De manera que cuando los vecinos acuerden con la empresa las condiciones estén precisas.

En ese sentido, indicó que el municipio está decidiendo los tipos de trabajo que se deben hacer y en función a ellos las empresas realizan la cotización. Explicó que es determinante el tipo de suelo en el que se trabaja para concretar el análisis de precios. 

Además, mencionó que el municipio debe asumir el 20% del costo de la obra y se suma el 30% en el caso de los vecinos que no están en condiciones de afrontar los gastos.