Investigadora trabaja en una bebida antioxidante a base de calafate fermentado en Esquel
Brenda Sede Lucena, becaria de CONICET en CIEFAP, busca potenciar las propiedades del fruto patagónico con fines científicos y de consumo.
Brenda Sede Lucena es licenciada en Ciencias Biológicas, egresada de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y actualmente becaria doctoral del CONICET en el Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP), en Esquel. Su investigación apunta a desarrollar una bebida fermentada a base de calafate con alta capacidad antioxidante.
El proyecto, titulado “Nutracéuticos a base de calafates fermentados con bacterias”, está cofinanciado por el CONICET y la Secretaría de Ciencia y Técnica de la provincia de Chubut. “La idea es transformar este fruto ancestral, que ya tiene propiedades beneficiosas, en un producto con aún mayor capacidad antioxidante a través de un proceso de fermentación controlada”, explicó Sede Lucena en diálogo con EQSnotas.com.
Según detalló, los ensayos de laboratorio han confirmado que el calafate fermentado puede tener hasta siete veces más capacidad antioxidante que el arándano, uno de los frutos más reconocidos por ese beneficio. El objetivo del equipo es formular un jugo funcional que pueda ser incorporado a la dieta diaria, aunque también se analizan otros formatos como cápsulas o polvo.
La fermentación controlada se realiza con bacterias específicas previamente aisladas, lo que garantiza un proceso seguro y estandarizado. “No es algo que pueda replicarse en casa fácilmente”, advirtió la investigadora, y señaló que el jugo debe pasar por un proceso de pasteurización para evitar contaminaciones.
Además de los ensayos técnicos, el equipo ya realizó pruebas sensoriales en colaboración con el Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas y Geoambientales (IPATEC) de Bariloche, con resultados positivos en sabor y aceptación.
En paralelo, se trabaja desde CIEFAP en el manejo y cultivo del calafate, con el objetivo de lograr una producción sustentable a mediano plazo. “Es un fruto nativo y endémico de la Patagonia, presente desde Neuquén hasta Tierra del Fuego”, explicó Sede Lucena, quien remarcó que también se están desarrollando parcelas experimentales.
Actualmente en el último tramo de su tesis doctoral, la investigadora expresó su interés en continuar el desarrollo del proyecto más allá del ámbito académico, ya sea dentro del sistema científico o con potencial interés empresarial. “La idea es seguir trabajando desde Esquel, escalando esta investigación”, concluyó.