Los gendarmes  Emmanuel Echazú, Diego Ramos, Dardo Zoilán y Aníbal Cardozo prestaron declaración en la causa de Habeas Corpus por la desaparición de Santiago Maldonado que lleva adelante el Juez Federal de Esquel.

Tal cual se había anticipado, son en total veinte efectivos los que tienen que brindar su testimonio ante el Juez Federal. Ya pasaron quince. Ayer fue el turno de Cecilio Fernández, Lucio Buch, Andrés Ahumada y Martín Lozano.

La Fiscal Federal Ávila y  la abogada que representa a la familia de Maldonado, Verónica Heredia participaron de las audiencias.

Este sábado declararon cuatro gendarmes ante el Juez Otranto

La actividad comenzó temprano en el edificio ubicado en la calle principal de Esquel.

El escenario fue el mismo de los últimos 15 días, una vereda llena de cámaras y periodistas de diferentes medios esperando lograr algo mas de información sobre la causa que conmueve al país.

Todavía no brindó su testimonio Armando Neri Robledo, el gendarme que admitió -en una investigación interna de la Gendarmería- haber tirado una piedra a un  manifestante que habría logrado cruzar el río Chubut.

¿Quién es Echazú?

El subalférez Emmanuel Echazú  fue quien recibió un piedrazo durante la mañana del 1° de agosto. Fue en el arranque del operativo que condujo el comandante segundo del Escuadrón 36, Juan Pablo Escola.

El Subjefe del Escuadrón 36 de Esquel  declaró que  el joven siguió avanzando junto a su superior sin hacer caso a la gravedad de su herida.

Los investigadores ponen el acento en lo que sucedió en esa avanzada hacia el río y si efectivamente llegaron a tener contacto con Maldonado.

Echazú fue el gendarme al que se le encomendó realizar  el acta de todo lo acontecido aquel día.

Buena parte de lo que se sabe oficialmente de los hechos en Cushamen (prueba esencial desde la cual Gendarmería elaboró su propio informe destinado a la Justicia) fue escrito por el gendarme.

"Fracturado, sangrando y todo, un gendarme avanzó conmigo, no se dio cuenta de sus heridas de la tensión que teníamos. Eso fue como a las 11.30. Íbamos lento y muy pesado, con el chaleco antibalas, con los cascos, los borceguíes. El suelo era arcilloso, muy incómodo", había explicado Escola en diferentes medios.

El comandante, además, aseguró que Echazú y él funcionaron juntos esa mañana y que para protegerse de los piedrazos colocaban sus brazos frente a la cara.