"Ese día cantarán hasta las piedras"

Nació como cineclub, pero fue toda una política cultural que gestó un espacio de encuentro, de acción y vínculo cultural y artístico en la época más oscura de la historia argentina: la dictadura cívico-militar del 76.

Muchos dirán que la dictadura acá no se sintió, pero sí. No había promoción cultural de ningún tipo, o muy poco y aislado, más vinculado a lo deportivo. De ese vacío, quizás también de los permisos y las posibilidades que se generan en una "ciudad tranquila", con el antecedente de Teatro Abierto, comienzan a juntarse un grupo de docentes, profesionales, artesanos:

"Melipal es una aspiración hacia la integración de una comunidad constructora y beneficiaria de la cultura. Quizás lo más destacable es no considerarnos tan grandes, como para poder achicarnos. Y lo otro, es sentir como hermanos nuestros a todos cuantos hacen por la cultura". (Boletín Informativo Melipal - Agosto de 1980).

Comenzaron a juntarse en 1979, en el salón del Hotel Argentino, entre otros, los jóvenes José Montero Lacasa, Mecha Gullino, Analía Carbone, Ana Gauna, Susy Silva, Juan Manuel Gomara y otras treinta personas más.

Sin lineamientos partidarios, "están los que se retiraron de Melipal por miedo directo o por temor a la "contaminación ambiental" que podía acarrearles el que los vieran entrar, permanecer o salir de Melipal. Esos son los mismos que siguieron pensando en la "zurda loca" melipalense y que se asombraron al vernos integrados en distintas filosofías políticas que no pueden ser tildadas de antidemocráticas", cita Ana Gauna de las palabras de Montero Lacasa en el libro "Esquel - 100 años".

En medio de la dictadura, sin sustento económico ni apoyo oficial, nace la Asociación Cultural Melipal, "algo corajudos, pero sin proponerlo así, generamos todo un acto político", cuenta el artesano y uno de los promotores culturales del grupo, Helmut Thumann, artista radicado en la ciudad desde 1975.

EQS: ¿Cómo llegan a vincularse y armar el Cine Club?

Helmut Thumann: En mi caso siempre estuve vinculado a actividades culturales, pero acá no teníamos una Dirección de Cultura potable. Ana (Gauna, su pareja) estaba en la docencia y estábamos muy vinculados a gente relacionada con la música, la literatura y al Teatro Abierto que se hacía también en el Argentino, artistas autoconvocados que fueron la semilla de la Asociación. Arrancamos con el Cine Club porque teníamos acceso a las Embajadas de Canadá, Italia, el Instituto Goethe, básicamente porque gestionábamos por carta el envío de los rollos de 16MM. Empezamos con una máquina de una escuela y con el tiempo pudimos comprar una Bell & Howell gracias al aporte de 110 socios activos que teníamos. Nosotros hacíamos elección del catálogo y de ahí nos mandaban, con los problemas típicos del tiempo y a veces no bajaba el avión, o no llegaban a tiempo.

EQS: ¿Había algún control sobre lo que mostraban?

HT: Sólo teníamos que hacer un pedido de autorización al Regimiento, les llevábamos previamente la información de lo que íbamos a mostrar. Era medio engorroso, íbamos tres o cuatro y nos hacían esperar porque sí. Nos embarraban el trámite, pero se hacían sentir. Acá tenían listas negras por ejemplo y eso hizo que hasta finales de la dictadura no pudiésemos tener una personería jurídica porque siempre que presentábamos la comisión había uno que no era aceptado por lo que fuera, siempre hicimos todo ad honorem. De todas maneras no nos prohibieron ninguna película porque venían de embajadas, incluso cuando presentamos "Roma, ciudad abierta", vino hasta el Teniente Coronel, pero eso ya fue a fines del 82.

EQS: ¿Qué otras cosas hacían?

HT: Hacíamos todo a pulmón, carteleras, propagandas, negocios, nos ayudaba todo el mundo para imprimir el mensuario. Hicimos hasta las butacas y el escenario. Teníamos un taller literario, un grupo de teatro, vino una bailarina del Colón, presentamos con el autor a Pirulín Pirulero, una obra para chicos que la llevamos incluso a las escuelas. Colaboramos también con la Fiesta del Esquí y pasamos películas de esquí de Francia y de Suiza con nuestro proyector, eso fue arriba del cine con más de 1000 chicos. Presentamos La Esquina Peligrosa, trajimos a Opus Cuatro...

EQS: ¿Cómo hacían? Era Esquel uno de esos espacios en los que se podían tomar una licencia, mientras en otros lados prohibían cualquier título que tuviese una palabra "peligrosa"...

HT: Nosotros teníamos integrantes con amigos desaparecidos, algunos habían sido perseguidos y presos pero que zafaron. Siempre tratamos de hacer las cosas de manera que pudiésemos lograrlas, acá no había eventos culturales y ese bache nos permitió promover cosas con libertad. Además eramos jóvenes y pensábamos en hacer cosas, movimos contactos porque uno era conocido de otro, parientes. No teníamos antecedentes, salvo las listas de las comisiones directivas, manteníamos ciertas reglas pero nos animábamos a presentar por ejemplo "El Proceso", y nos la autorizaron. Íbamos charlábamos, los convencíamos que era una bien para la comunidad, nunca nos cerraron nada porque nos defendíamos con que no había alternativas culturales, organizábamos hasta concursos de manchas.

EQS: ¿Qué queda del Melipal?

HT: Mirá nosotros nos seguimos juntando, como hace cuarenta años y un día hicimos un análisis y llegamos a la conclusión de que fuimos corajudos. Algunos habían dejado de venir porque no querían ser vistos como de izquierda, pero después  mandaban a sus chicos. Nosotros hicimos de todo, llenamos el cine y después hicimos el acto por Malvinas. Fueron cosas que quizás en ese momento era más el ímpetu por hacer, que pensar en lo que estábamos haciendo. Teníamos subcomisiones y nunca tuvimos discusiones internas ideológicas, más bien de gestión, porque ese era un poco nuestro espíritu.

EQS: ¿Qué los unía?

HT: Había de todo, médicos, artesanos, docentes, laburantes de la Hidroeléctrica. Nos unía el compromiso por la cultura, hacíamos los sanguchitos, imprimíamos los afiches, hacíamos todo y nos sostenía el hecho de hacer algo para la ciudad. Después hicimos en el Club de Pescadores un encuentro y el grupo se dispersó en otros grupos, durante esa época nos llamó la ausencia de políticas culturales públicas, siempre tuvimos entradas muy populares. Después con la democracia las acciones se dispersaron.

EQS: ¿Porqué la cultura?

HT: Por la solidaridad, ayudar, aprender y enseñar. Es algo que se da cuando se intenta aprender o compartir una disciplina artística, algo que antes no estaba y que queda.

Algunas películas que pasaron: "Ladrón de bicicletas", "Gritos y susurros", "La flauta mágica", "Boquitas Pintadas", "El frutero", "La pesa falsa", "Vieja dama indigna", "El espía de la colmena. Algunos recitales: "Opus Cuatro", "Música viva", "Nueva Música". Presentaron el Primer Salón Patagónico de Melipal.

"Y si algún mérito nos atribuiremos, entonces, será el de hermanos lenguaraces, es decir anunciadores del encuentro con cien cosas bien hechas, Por ahora, bajo la Cruz del Sur, el abrazo de Melipal a todos los que hacen cultura, la viven" (Boletín Informativo de la Asociación - Agosto de 1980).