El Papa pidió en el mensaje de Navidad que “callen las armas” en Ucrania y Oriente Medio
El Sumo Pontífice expresó su preocupación por los conflictos armados en su bendición navideña "urbi et orbi" ante una multitud en la Plaza de San Pedro. Habló de iniciar las negociaciones y diálogos necesarios "para llegar a una paz justa y duradera."
El Papa Francisco pidió que "callen las armas” tanto en la “martirizada” Ucrania como en Oriente Medio durante su tradicional mensaje de Navidad previo a la bendición ‘urbi et orbi’, que impuso desde el balcón de la logia central de la Basílica de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano.
El Pontífice volvió a referirse a estos dos conflictos para instar, en el caso de Ucrania, a tener “la audacia” para iniciar las negociaciones y diálogos necesarios “para llegar a una paz justa y duradera”.
A su vez, indicó que tiene los ojos puestos “en la cuna de Belén” para referirse a las comunidades cristianas de Israel y Palestina
Al momento de realizar una radiografía de la situación actual en el mundo, Francisco también pidió por los países castigados por la crisis en el continente africano, como República Democrática del Congo, Burkina Faso, Malí, Níger y Mozambique, los del Cuerno de África y Sudán, al igual que por los habitantes de Myanmar, en Birmania, quienes padecen a causa de los continuos enfrentamientos armados.
Al mencionar América Latina, el Sumo Pontífice expresó su deseo de que "el Niño Jesús inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad, con el fin de encontrar lo antes posible soluciones eficaces en la verdad y la justicia, para promover la armonía social, en particular en Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua, y se trabaje, especialmente durante este año jubilar, para edificar el bien común y redescubrir la dignidad de cada persona, superando las divisiones políticas".
El Papa, de 88 años, también remarcó la importancia de redescubrir el sentido de la existencia y de "recuperar los valores fundamentales de la familia humana", pidiendo por los más vulnerables y por quienes sufren actualmente las consecuencias del hambre y la guerra, al igual que por los que no tienen trabajo y los perseguidos por su fe.
"Cada uno de nosotros está llamado a perdonar las ofensas recibidas, porque el Hijo de Dios, que nació en la fría oscuridad de la noche, perdona todas nuestras ofensas. Él ha venido a curarnos y perdonarnos. Peregrinos de esperanza, vayamos a su encuentro. Abrámosle las puertas de nuestro corazón, como Él nos ha abierto de par en par la puerta del suyo", concluyó deseando una “serena y santa Navidad”.
Fuente: Perfil