Cada 23 de marzo la ciudad de Esquel recuerda dignamente el Plebiscito que le dijo rotundamente NO a la Mina, NO a la radicación de emprendimientos megamineros. Fue sólo el comienzo de un planteo de autodeterminación que logró trascender fronteras, informar, educar y también contagiar esperanza.

Fue el plebiscito de la mayoría, del 82% pero también fue el plebiscito que recuerda el resto, el 18% que aún hoy sigue intentando modificar voluntades, con poca respuesta por cierto. Por eso a 18 años, sigue siendo el plebiscito de todos.

El último año la provincia de Chubut volvió a tener en primera línea la discusión sobre la instalación de la megaminería a partir del envío a la Legislatura por parte del Gobierno que conduce Mariano Arcioni del proyecto de zonificación.

El mismo día ingresaba al recinto de los representantes del pueblo el proyecto de Iniciativa Popular que pretende ponerle límite a la industria en tierra chubutense. Hasta el momento tuvo peor suerte: no ha logrado aún ningún análisis en la comisión de recursos naturales a diferencia de la zonificación que ya tiene el apoyo de los integrantes de la comisión de Recursos Naturales.

Reuniones, "debates" con miradas uniformes, poca claridad y sobre todo un gobierno en el que pocos confían promoviendo el proyecto. A ello se suma el impulso constante del gobierno nacional con un Secretario de Minería muy presente en todo el recorrido.

Desde aquel Plebiscito histórico que hoy cumple 18 años a la fecha no ha cambiado demasiado. La gente sigue en la calle cada día cuatro y cuando resulte necesario recordando una postura que nació en la montaña y caló hondo en toda la provincia.

El grito de NO A LA MINA, y NO PASARÁN sigue tan vigente como entonces. Y quienes tienen que tratar ambos proyectos lo saben.

La Asamblea de Vecinos del No a la Mina recordó la fecha