Aceptar  la invitación para escribir algunas líneas que expresen mi parecer sobre los resultados de las elecciones primarias llevadas a cabo en nuestro país el pasado fin de semana, es una temeridad de mi parte, porque no soy escritor. En lo personal, soy de los que piensan que un buen escritor es un individuo que se dedica a decir lo que la gente no quiere escuchar.

En ese sentido, interpretando los resultados de las PASO recientes, podríamos pensar que es exactamente lo contrario al decir de los políticos, por lo menos lo contrario de la mayoría de los políticos cuyos discursos sin duda han contribuido al logro de los resultados que expresaron las urnas.  

Insisto, no soy escritor, y mucho menos un buen escritor. No obstante, intentaré dar un recorrido a los temas que en mi humilde opinión salieron a la luz luego del paso por el cuarto oscuro.

Lo anterior no significa que no me interese la política, todo lo contrario. Me interesa muchísimo. Más aun, no entiendo que hayas personas a las que no les interese, a menos que padezcan de un egoísmo desmesurado. La política nos involucra a todos.

Dicho lo anterior, me aventuraré a reflexionar sobre las cuestiones en que menos desacuerdos entiendo voy a tener con los lectores, declarando para que nadie se confunda, que vivo el mismo estado de CONMOCIÓN que me atrevería a decir, no sólo de quienes decidieron elegir la opción libertaria, cómo de quienes, como mi caso, elegimos otra de las opciones.

Existe un amplio consenso, en cuanto a que a los argentinos nos esperan diez largas, intensas y arduas semanas hasta las elecciones generales.

Los resultados de las primarias presidenciales de este domingo nos dejaron en esta encrucijada desconocida y peligrosa. ¿Quién será el próximo presidente? No sabemos. ¿Qué pasará con la economía? No sabemos. y no sabemos cómo resolverá el gobierno las turbulencias que se avecinan. No sabemos nada, con la salvedad de la devaluación del 22% en nuestra moneda, el incremento de las tasas de interés, el aumento de los combustibles y los servicios, y la puesta en modo turbo de los indicadores de inflación, datos sobre los cuales el lunes mismo hubo precisiones del ejecutivo.

Ante estas evidencias, declaro que hubiera deseado mesura y calma de parte de las autoridades políticas en ejercicio del gobierno.

Tal vez, porque en lo personal, en materia política soy un partidario feroz del aburrimiento no de los cachetazos. Las aventuras me gustan en los libros, en el cine, pero en la vida pública, aburrimiento total, porque cuando la política se llena de emociones y aventuras como nos ha ocurrido a los argentinos, en estos últimos años podemos ir preparando las maletas.

En segundo término, me animaré a disentir con quienes suscriben que la elección planteó una cuestión ideológica, entre Izquierdas y Derechas, cómo ha sido planteado.

Pienso que la actitud del electorado ha obedecido a cuestiones de “sentido común”, más que a cuestiones de ideología y doctrina. El gobierno ha instalado el discurso: ¨El Estado te salva¨, la gente parece haber entendido ¨El Estado, te jode¨, te molesta para cualquier cosa que quieras hacer. El Estado es una molestia, no una ayuda.

Por supuesto que hay un sector que vive gracias al Estado y ese sector hace bien en apoyar las políticas asistencialistas.

Pero la enorme mayoría ha dicho, que el Estado es un salvavidas de plomo y en su determinación no hay ideología, si la expresión de la vida cotidiana. Milei entendió esa situación, sobre todo en el interior de país mucho mejor que los partidos establecidos. No se puede soslayar que en esta elecciones PASO ganó en 16 provincias de las 24.

La rebelión del interior frente a la realidad que los centristas no consiguieron diagnosticar y a partir de allí no consiguieron hacer una propuesta atractiva para el electorado.

Otro dato que me detendré a analizar, es el hecho que los argentinos, parecen haber dividido sus preferencias en tercios. Milei, el ganador de las PASO, obtuvo el 30 2% frente al 28, 25% de Juntos por el Cambio y el 27,15 % de los de la oficialista Unión por la Patria.

Pero en realidad las preferencias debemos analizarla sumando a aquellos argentinos que decidieron celebrar los 40 años en democracia ininterrumpida, faltando a la cita con las urnas.

Este no es un dato menor, toda vez que el 31% se abstuvo o votó en blanco. Una cifra récord en una elección de este tipo y que significa algo así como que 11.000.000 de argentinos no hallaron incentivos para manifestar sus electorales.

Soy uno de los individuos que votan siempre, en todas las elecciones habidas y por haber, por una razón muy sencilla, porque sé que, si no voto yo, votan por mí y prefiero equivocarme por mi cuenta que acertar por cuenta ajena, suponiendo que tal cosa sea posible.

Una última observación quiero vincularla al rol que les cupo a las encuestas de opinión. Fracasaron todas, una vez más fallaron, y mal.  Apenas un detalle que está hablando más del negocio detrás de las mismas, que, de la utilización de la estadística, como instrumento científico.

Alcanzará con traer a la memoria la cantidad de veces en que la privacidad de los vecinos fue violentada por los llamados telefónicos de quienes, sin identificarse siquiera, en la mayoría de las oportunidades, llamaban a su teléfono para requerirle una opinión sobre el futuro electoral.

No debemos olvidar que los chubutenses, por determinación de sus representantes en la Legislatura del Chubut, decidieron eliminar las primarias y adelantar las elecciones, hecho con el cual fuimos a votar dos veces con quince días de diferencia.

Más allá de eso llegó la única encuesta que los ciudadanos querían responder, la del 13 de agosto y aquí es interesante analizar lo que dejó la misma.

El candidato que obtuvo más votos es el mismo que dos semanas antes, había salido cuarto en la elección de autoridades provinciales. En esta oportunidad, obtuvo más votos que los que había conseguido Torres, el Gobernador electo, mientras que las dos coaliciones electorales sellaban un empate técnico entre ambas muy lejos del ganador. Dato, no relato.

Finalizaré con una cita (no literal) a una frase que los textos atribuyen a Mao Tse-tung. “Hay mucha confusión bajo el  cielo,…la situación es excelente”. No porque me identifique con Mao ni mucho menos con el comunismo, valga la aclaración,  pero creo que la frase señalaba que a pesar de las dificultades había esperanza de poder construir una nueva sociedad.

¿El Déficit Fiscal? Algo que sólo preocupa a los economistas. ¿El ajuste? Nada moderado por estas horas. Transferencia de recursos a los sectores concentrados. ¿Las Jubilaciones? Hay que cuidar a los abuelos. ¿El dólar?  1 u$s / $ 800. El partido gobernante se ha manifestado en contra de devaluar nuestra moneda, y con el resultado de las PASO, devaluó 22%. ¿El estado presente? Es necesario proteger a los que menos tienen.

Todos temas que deberán comenzar a discutirse de verdad…

Jorge JUNYENT